Biblioteca Necrontyr (I). Severed.

Buenas tardes a todos,

En la entrada de hoy voy a compartir con vosotros la reseña de la novela Severed (2019), de Nate Crowley, que realicé nada más publicarse. Fue una experiencia realmente gratificante para un librito muy corto pero cargado de detalles y fácil de leer (aunque solo está en inglés). Os dejo una primera parte sin spoilers y un segundo apartado con ellos.

¡Llegad hasta donde queráis!

Necroguardia con dáculus en la portada
porque no ven mesa desde 2009.

REVIEW

(Sin spoilers)

Severed (2019) es una novela de Nate Crowley publicada por Black Library y perteneciente a la colección Novella Series 2. El argumento de esta publicación gira en torno a la figura del vargard Obyron, guardaespaldas y protector del némesor Zahndrekh, de la dinastía Sautekh.

En esta obra, el protagonista es el propio Obyron, en cuya personalidad nos introducimos para contemplar de primera mano los acontecimientos ocurridos y cuyos pensamientos van a aderezar y llenar de reflexión todo el conjunto del texto. Se agradece romper con las dinámicas previas en las que los necrones son contemplados únicamente desde el punto de vista humano (Nightbringer, 2002). Esta no es una mera novela de batallas, aunque hay unas cuantas, sino que reflexiona bastante sobre la idea de la biotransferencia (el momento en el que los dioses c’tan devoraron sus almas e intercambiaron sus cuerpos por imperecederos constructos mecánicos), del drama vivido por los necrones después de esta y de la desesperación que sufren por su condición de seres inmortales y privados de alma. Quienes no gusten del trasfondo nuevo (a partir del Codex Necrón de Matt Ward en 2008-2009) no van a disfrutar de esta novela, pero ese es, probablemente su mayor valor: es una trágica historia donde se muestra la forma en que los distintos necrones afrontan este destino lamentable que es vagar por las estrellas como seres inmortales.

Los “terminator sin alma”, al estilo de “Dead men walking” (2010) o del Codex Necrón previo (2001), no están ausentes, y son implacables y destructoras máquinas de guerra (hay que tener en cuenta que la mayoría de necrones sí están privados de identidad), pero aquellos que sí piensan en su pasado y en su futuro ofrecen en la novela una joya tras otra de sensaciones, opiniones e incluso sentimientos sobre lo que tienen que “vivir” y soportar. Siguiendo el estilo de “Shield of Baal: Devourer” (2015), los necrones no están privados de sentimientos: odian, sienten malestar e incluso aman, por más ridículo que esto pueda parecer a los más conservadores, pero todas estas emociones se encuentran absolutamente limitadas por su condición de seres mecánicos, desprovistos de alma, desprovistos de sensaciones. Odiar o amar se convierte en un registro en sus circuitos, que no terminan de entender ni de apreciar, que no sabes hasta qué punto sienten, pero que les persigue como una maldición que no pueden romper y que están obligados a conservar durante todas sus “vidas” inmortales. Es una vivencia dramática que se complementa con una esperanza inagotable, y al mismo tiempo imposible, de revertir el proceso de la biotransferencia. En el caso de Zahndrekh este drama es todavía más intenso, teniendo en cuenta su propio estado mental, ya de por si deteriorado y senil, dadas las continuas y melancólicas reflexiones que plantea. Este es uno de los más valiosos apartados del libro, el que más he disfrutado y el que más me llega como lector y amante de los necrones (especialmente por el trasfondo nuevo).

Otros aspectos interesantes a destacar son la gran calidad de los detalles y el profundo conocimiento del entorno de los necrones. Se disfruta enormemente al ver como explica el funcionamiento de la sociedad, de la tecnología (que es amplísima) y de las mecánicas con las que funciona esta raza sin caer en la sistemática comparación con los humanos y los elementos conocidos por ellos. Incluso llega a utilizar unidades de medida arcaicas, como los kubits, para hacer más realista esta inmersión. El hecho de cuidar así los detalles denota que la obra se ha escrito con mimo y con gusto por esta raza, no como unos meros secundarios sobre los que se escribe, en ocasiones, porque no queda más remedio (algo a lo que este universo nos tiene acostumbrados). Por fortuna, aquí no está el imperio ni se le espera, y es refrescante. Sin embargo, estos aspectos positivos no impiden que cuente con algunos negativos, siendo los principales su cortísima extensión (solo 126 páginas) y también el distanciamiento no solo entre trasfondo y entorno de juego sino entre un texto literario como este y el trasfondo contenido en publicaciones como los codex. No hay permeabilidad entre ellos. Pese a esto, puedo puntuarla con un 9 de 10 entre mis lecturas sobre Warhammer 40.000 y es, evidentemente, mi favorita entre aquellas dedicadas a los necrones. No hay muchas, y esta ha sido la mejor.



RESUMEN DEL ARGUMENTO
(Con spoilers)

La novela comienza en un antiguo planeta necrón ocupado por el Adeptus Mechanicus, cuyos skitarii están siendo rápidamente derrotados. El némesor Zahndrekh hace uso de su genio táctico para vencer a unos enemigos que, desesperados, traman un último intento de vencer a los necrones. Lanzan un transporte suicida contra las líneas necrontyr y desde allí emerge un manípulo de robots kastelan que barren las filas necronas antes de perecer bajo el fuego gauss. No obstante, todo esto no era más que una distracción para enviar a una asesina callidus tras el némesor Zahndrekh, al que está a un milímetro de apuñalar. Sin embargo, el vargard Obyron interviene en el último momento y la detiene. Tras una breve pelea, Obyron empala la pierna de la callidus con su dáculus y le aplasta la cabeza de un pisotón.

Tras la batalla, el némesor Zahndrekh celebra la victoria a bordo de su navío, el acorazado, modelo Cairn, de nombre Yama, junto al resto de la corte que le acompaña. Es en esa celebración cuando el phaeron Imotekh, el señor de la tormenta, se les aparece para ordenarles acudir al planeta Dohhat, donde habrán de reunirse con un desconocido aliado para acabar con un “problemilla dinástico”. El planeta Dohhat se encuentra muy cerca de las estrellas necrófago y del reino de los huesos de Drazak, lo que impone cierto respeto. En su camino hacia allí se encuentran con este aliado, que no es sino Setekh, un némesor y viejo amigo de Zahndrekh, con el que este había compartido antiguas batallas y glorias. Hacen como que se llevan bien, pero todos saben que Setekh no es más que otro noble levantisco deseoso de ascender en la jerarquía de los necrones, pese a mantener su dinastía al servicio de los Sautekh. Obyron le recuerda de los tiempos anteriores a la biotransferencia, pues Setekh ya intentó asesinar a Zahndrekh, cuanto todavía eran de carne y hueso, y las apariencias permitían que se llevasen “bien”. Curiosos los detalles de Setekh, que porta un báculo de luz idéntico al de Zahndrekh, gemelo, pero de luz azul, y que siempre va acompañado de dos escolopendras canópticas. Dos enormes tomb stalkers son sus dos mascotas preferidas: Sepa y Sata.

Entre las fuerzas de Zahndrekh y Setekh se organiza un fantástico desembarco sobre Dohhat que, como mundo cripta perfectamente defendido, ha anulado cualquier posibilidad de teletransporte en su superficie. Obyron encabeza un asalto con miles de arcas fantasma llenas de inmortales, guerreros y necroguardia, que alcanzan una de las puertas de la cripta después de un descenso emotivo. Poco después desembarcan cinco serapteks que, mediante su armamento pesado, revientan la puerta de la cripta. Lo que sale de allí deja a todos los necrontyr asombrados, pues se trata de un mundo corrompido. Los necrones defensores han perdido toda su identidad. Más tarde sabremos que la razón por la cual el mundo ha perdido su conciencia y toda su personalidad no se debe a ningún fallo en el mecanismo del Gran Letargo, sino a que un cryptek loco despertó antes que el resto y no se le ocurrió mejor idea que intentar crear una máquina que devolviese sus mentes a cuerpos biológicos. Revertir la biotransferencia. Fracasó, y todas las personalidades e identidades de los necrones perecieron y desaparecieron cuando el núcleo de la cripta colapsó. Ahora solo quedan los protocolos de seguridad, por lo que millones de necrones autómatas acuden a defender las puertas contra cualquier enemigo, biológico o necrón.

Obyron dirige una carga tras otra y, con extrema violencia, logra penetrar en la cripta y destruir las puertas tras de sí. Con eso es suficiente, pues una vez dentro consiguen desactivar la protección que bloqueaba el teletransporte y pueden viajar a la órbita y recibir refuerzos desde el interior. Allí se suceden los intentos de alcanzar el núcleo, lo que les lleva semanas de combates. Obyron está desesperado, pero aún más porque Zahndrekh, que nunca ha tenido la mente muy clara, ha entrado en una profunda depresión ante el destino de sus hermanos necrones de Dohhat. Zahndrekh vive un auténtico calvario en el que Setekh trama contra él e incluso intenta poner a Obyron en contra de su señor. La guerra de voluntades es absoluta.

Finalmente, Zahndrekh se repone y regresa, con su genio táctico intacto, junto a Obyron. Juntos alcanzan sus objetivos y, tras una jugada arriesgada, ambos necrones logran alcanzar el núcleo del planeta. Allí se enfrentan al cadavérico y casi ausente phaeron del planeta (Dohhat es un mundo corona) y encuentran los restos del cryptek loco. Cuando están a punto de reclamar el dominio sobre la cripta, Setekh se teletransporta junto a ellos e intenta ejecutarles para obtener el premio. Sin embargo, Obyron machaca a los dos tomb stalkers en una pelea decisiva y, entre Zahndrekh y él, acaban venciendo al propio Setekh. Con esto finaliza la conquista de Doohat, una nueva victoria de los Sautekh y otro planeta reclamado para Imotekh.



Espero que la hayáis disfrutado tanto como yo.

Szarekh ascendant.
Solaris ascendant.
Saguardia ascendant. 

Comentarios

  1. Me gusta leer estos resúmenes para los que no hablamos fluidamente la lengua de Shakespeare!
    Ánimo y sigue ampliando el blog.
    El resto de dinastía te observamos y seguimos de cerca.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Alex. ¡Seguiré subiendo cosillas de interés necrontyr!

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