Tacticum Necron (I). Introducción a los protocolos de mando.

Buenas tardes a todos,

Bienvenidos a una nueva entrada de Solaris Sol Inmortalis. En este caso, vamos a hablar de los protocolos de mando necrones: la nueva capa de reglas que nos trajo 9ª edición y que generan un gran debate entre los jugadores tanto por su limitada utilidad como por la comparación que se establece con cada nuevo codex (el conocido power creep).

En esta primera entrada sobre los protocolos voy a introduciros en ellos. Qué son y cómo funcionan. Es una entrada para jugadores principiantes y que no tengan claro en qué consisten. A esta entrada le seguirán dos más: una en que explicaré detalladamente sus contenidos y otra con una batería de protocolos preconfigurados para que podáis tirar de ella los días en que no os apetezca pensar.

Empezamos.

Todos los Tacticum han sido aprobados por el mismísimo Zahndrekh.
Que para eso es el mejor estratega de la galaxia. 

¿Qué son y cómo se obtienen?

Los protocolos de mando son una habilidad racial de los necrones que representa las antiguas formas de hacer la guerra. No son los códigos de honor de los que nos habla el trasfondo, sino de unas formas de luchar propias de cada dinastía que reflejan sus características únicas.

En batalla, se trata de una serie de habilidades que el jugador necrón puede escoger para que sus tropas puedan obtener beneficios puntuales. Los protocolos están recogidos en la página 81 del reglamento e incluyen:

               Protocolo del Guardián Eterno (GE), asociado a los Nihilak.

               Protocolo de la Tormenta Temprana (TT), asociado a los Nephrek.

               Protocolo de las Estrellas Vengativas (EV), asociado a los Mephrit.

               Protocolo del Vacío hambriento (VH), asociado a los Novokh.

               Protocolo de las Legiones Inmortales (LI), asociado a los Szarekhan.

               Protocolo del Tirano Conquistador (TC), asociado a los Sautekh.

 

Para obtener los protocolos, todo el ejército debe pertenecer a la misma dinastía (sin importar los agentes dinásticos, los ctanes o los no-alineados), y tiene que haber una miniatura <noble> en la lista, que debe ser el Warlord. Si tienes un noble y es tu warlord, y no has mezclado dinastías (en Nachmund 2022 no se puede tampoco), entonces tu ejército disfruta de los protocolos de mando.

Mucho cuidado no confundir “activar protocolos de mando” y “disfrutar protocolos de mando”. Escribo esto porque mucha gente piensa que los agentes dinásticos no tienen acceso a los protocolos (Pretorianos, Anrakyr, etc), pero la realidad es que ellos SI tienen acceso a los protocolos (lo tienen escrito en la datasheet). Los agentes dinásticos NO impiden que un ejército los active (al no tener ellos <dinastía>) pero si el ejército los activa, ellos los disfrutan también. 

De hecho, como ejemplo sencillo, podéis poner a Anrakyr el Viajero como vuestro Warlord, y al ser noble os da acceso inmediato a los protocolos de mando… O quizás un ejemplo que os suene más: nuestro Rey Szarekh será vuestro Warlord siempre (debe serlo) y al ser noble os da acceso a los protolos incluso aunque no sea de la misma dinastía que el resto de vuestro ejército (porque es Agente Dinástico).


¿Cómo funcionan?

Si habéis conseguido activar los protocolos de mando, podéis emplearlos en la partida. Para ello, una vez que hayáis desplegado, pero ANTES de saber quién empieza a jugar, deberéis anotar en un papel (o usar cartas, o vuestra prodigiosa memoria engramática si el rival se fía de ella) qué protocolos vais a utilizar en la partida. Debéis asignar cada uno de ellos a cada una de las rondas de la partida, recordando que la partida solo tiene cinco turnos (así que os sobrará uno, salvo excepciones: -en esas excepciones, propias de open play o narrativo, el último protocolo elegido se prorroga lo que falte de partida-). Ejemplo:

               A la ronda 1 le asigno el protocolo de la Tormenta Temprana.

               A la ronda 2 le asigno el protocolo de las Estrellas Vengativas.

              

Y así con todos.

Entonces ya podéis tirar para ver quién empieza. Independientemente de quién empiece, en el mismo momento en que empiece la partida, anunciáis qué protocolo estará activo en esa ronda de batalla, y aplicará tanto a tu turno como al de tu rival. Cuando cambiéis de ronda de batalla, anunciad qué nuevo protocolo pasará a estar activo en esos turnos, y así con todas las rondas de batalla hasta terminar la partida.

Como podéis ver, tendréis que usar vuestra imaginación, vuestra experiencia o esta guía para saber qué protocolo de mando os vendrá bien en el futuro. Sacad el cronomante que lleváis dentro.


¿Qué son las Directivas?

Pasemos a analizar los protocolos en sí mismos. Si os fijáis en ellos, notaréis que cada protocolo incluye dos habilidades distintas llamadas Directivas. Estas son las habilidades del protocolo propiamente dichas. Cuando activéis un protocolo, recordad que solo os podéis beneficiar de UNA de las dos directivas asociadas a dicho protocolo, así que vuestras tropas solo podrán recibir uno de los dos beneficios. Dejad muy claro a vuestro rival cuál de las dos directivas elegís cuando reveléis el susodicho protocolo. Por ejemplo:

               Ronda 1. Se activa el Protocolo de la Tormenta Temprana. Elijo +1 al movimiento.

Sin embargo, existe una excepción. Recordad que cada protocolo está asociado naturalmente a una dinastía mayor. Si vuestro ejército pertenece a esa dinastía concreta, durante esa ronda de batalla disfrutaréis de las DOS directivas, y no solo de una de ellas.

Ronda 1. Se activa el Protocolo de la Tormenta Temprana. Puesto que mi ejército es Nephrek, disfruto de ambas directivas (+1 al movimiento y hacer acciones y disparar).


¿Quién se beneficia de los protocolos de mando?

Aunque activéis los protocolos de mando llevando un noble en vuestra lista, esto no hace que todo el ejército los disfrute sin más. Durante la partida, solo las miniaturas con dicha habilidad que se encuentren a 6” de un personaje (excepto ctanes) pueden utilizar las habilidades de las directivas. No os rayéis buscando qué miniaturas tienen la habilidad: la tiene todo el ejército menos los ctanes.

Recordad que los Destructores Hexmark-Maldicidas también son personajes y os dan protocolos de mando, así como todos los crypteks, nobles y personajes del culto destructor. Y el rey, naturalmente. Todos ellos son antenas emisoras de protocolos, aunque solo los nobles son necesarios para activarlos. También disponéis de la Convergencia de Dominio, que da protocolos sin ser personaje (como si lo fuera, pero nadie la usa).


¿Puedo perder los protocolos de mando?

Este es uno de los temas más polémicos sobre los protocolos de mando puesto que, efectivamente, se pueden perder. A diferencia de las raciales complementarias de otras razas, menos limitadas por, por ejemplo, estar en rango de un personaje, los protocolos de mando pueden anularse.

Si desaparece el último noble de la mesa, los protocolos se desactivan. El requisito es que no quede ningún noble en la partida (no importa que te maten al Warlord si queda algún otro noble por ahí pululando).

Mucho ojo: los protocolos se desactivan, pero continúan vigentes hasta que termine dicha ronda de batalla. Eso quiere decir que, si empieza tu rival y te mata al último noble en su turno, tú todavía puedes disfrutar del protocolo activo durante tu turno. Simplemente, cuando acabe dicha ronda de batalla, ya no es necesario que reveles el siguiente.  


¿Son buenos los protocolos de mando? ¿Merecen la pena?

Los protocolos de mando son una capa de reglas adicional en el ejército. Tienen un coste, y solo a ti te corresponde decidir si merece la pena pagarlo por disfrutar de ellos o no. Mi opinión es que si, considerando que el coste puede ser pequeño para un beneficio, en ocasiones, considerable. Pueden darte partidas y, en un contexto de power creep como el de 9ª edición, una facción como los necrones no suele poder permitirse renunciar a capas de reglas.

No obstante, todo depende de cómo construyas la lista. Si tienes muy claro el plan y el funcionamiento de tu lista (y en esa lista no cabe un noble), entonces no te va a hacer daño no tener los protocolos de mando. Son pequeñas ayuditas, irrisorias en la mayoría de casos, pero adecuadas para un jugador que quiere disfrutar de todo su codex.

Los protocolos de mando no son habilidades en torno a las que construir una lista en la mayoría de ocasiones, pero sí tienen impacto en la forma de jugar las listas y en sus tiempos. Sincronizar los tiempos de la lista y de los protocolos sí que tiene impacto en la partida. Y ahí está la dificultad al utilizarlos: si no consigues sincronizarlos con el ritmo de la partida (bien por falta de dominio o por iniciativa de tu rival), entonces no te van a ayudar.


Nota aclaratoria: ¿Y los ctanes? ¿Y la Triarca? ¿Agentes dinásticos?

Al recibir una ingente cantidad de preguntas sobre el funcionamiento de los protocolos de mando y estas unidades concretas, os ofrezco aquí un pequeño resumen para entender su funcionamiento.

Los ctanes, miembros de la Triarca en general y los agentes dinásticos son unidades que no tienen la palabra clave <Dinastía> como el resto del ejército necrón. Son dioses estelares, unidades externas e individuos singulares que complementan a vuestro ejército sin interrumpir su funcionamiento.

Los ctanes, siendo dioses esclavizados, NO impiden que vuestro ejército active sus protocolos (p.81 del codex), NO disfrutan de ellos (porque no tienen esta regla en la datasheet) y NO sirven como antenas emisoras de protocolos (pese a que son personajes, p. 81 del codex).

Los agentes dinásticos incluyen a los Pretorianos de la Triarca, el Acechante de la Triarca y también personajes con nombre como Orizan, Szeras, Anrakyr o Trazyn. Ellos NO impiden que vuestro ejército active sus protocolos (p.81 del codex), SI disfrutan de ellos (porque SI lo tienen en su datasheet) y SI sirven como antenas emisoras de protocolos (solo si son personajes, como los cuatro mencionados antes, p. 81 del codex). De hecho, no sería raro ver un ejército con Anrakyr a la cabeza como noble y como warlord, activando así los protocolos. 

El caso más excepcional en todo esto es el Rey Silente, porque además de <Szarekhan> es también Agente Dinástico. Gracias a esta última palabra, el Rey Silente puede acompañar a ejércitos de otras dinastías sin perjudicar a la activación de protocolos de mando (p.81) y, naturalmente, se beneficia de ellos y es antena de protocolos porque lo tiene en la datasheet y es personaje.  

 

Con toda esta información, ya comienzas a familiarizarte con esta compleja regla y a dominarla a la perfección. Y recuerda que solo a ti te toca decidir qué protocolo usar y cuándo usarlo. Nunca dejes que tus rivales dirijan tus protocolos de mando. Deberán servirte a ti, pues para eso eres un dinasta de las más grandes casas del Imperio Infinito. Que los protocolos, como los mortales, se arrodillen ante tu cetro.

Nos vemos en el siguiente tacticum.


Szarekh ascendant.
Solaris ascendant.
Saguardia ascendant.

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