El viaje de Ozymandias (VI). El cosechador del sistema Azkabán.
Sexta batalla de la segunda cruzada azkabanita.
Cuando Ashkor el Cazador despertó
por primera vez, los necrones no estaban prevenidos. Es cierto que le habían destruido…
por una vez. Pero las energías reanimadoras que recorrían su servoarmadura se
habían impregnado de un extraño metal viviente que se regeneraba a pasos agigantados.
Su alma era algo muy distinto: parecía que Khorne no le iba a dejar descansar
hasta que sus ansias de venganza se hubiesen dado por satisfechas.
Así fue como Ashkor volvió a
sembrar el caos entre los necrones. Y estos, para los que la resurrección humana
era del todo incomprensible, tuvieron que volver a enfrentarse a él. Para
cuando las legiones Nihilak regresaron en números suficientes para hacer frente
a la amenaza, esta ya había recuperado gran parte de su vigor.
Utilizando energías misteriosas
del empíreo, Ashkor habían saqueado numerosas tumbas, coleccionado numerosos
cráneos necrones e invocado de vuelta a sus monstruosas máquinas, incluyendo un
poderoso caballero del caos y sus profanadores. Incluso había llegado a lo más
profundo de una de las criptas y reclamado un cráneo brillante cuyo refulgir
atraía especialmente a los servidores del dios de la sangre.
Fue en ese momento cuando el servidor
de Khorne cometió su fatal error. Ashkor estaba a punto de lanzarse a la carga
contra la falange de necroguardias de Ozymandias cuando se le ocurrió mofarse
del Némesor necrón una última vez. Tomó uno de los brillantes cráneos que
guardaba en su bolsa y juró que no abandonaría a los vivos hasta que no
convirtiese a Ozymandias en poco más que un cráneo como ese.
Cualquier cryptek habría temido un momento como ese: pues Ashkor el Cazador no le estaba hablando a un cráneo necrón cualquiera. El humano era incapaz de reconocer el recubrimiento de necrodermis de un laberinto teseráctico con forma de calavera, que prevenía de su uso a cualquiera de los necrontyr allí presentes. Se trataba de un laberinto que contenía en su interior un fragmento del dios c’tan Mag’ladroth: el Dragón del Vacío.
Ashkor no tuvo oportunidad de completar
su carga. El fragmento del dios estalló como una llamarada y mandó al señor del
caos varios metros hacia atrás. Allí fue donde el fuego tesla lo encontró por
vez primera. Allí fue donde murió. Trató de reanimarse, tomando aire una vez
más, pero solo para encontrarse a toda la necroguardia encima de él. Esa vez, las
hojas de Maat no le permitieron tan privilegio, reduciéndole a partículas.
Mientras tanto, Mag’ladroth se
arrojó sobre el caballero del caos y lo empaló con su fulgurante lanza divina.
El caballero detonó y el c’tan absorbió sus restos, complacido. Los profanadores
no tardaron en caer e incluso los cultistas más valientes acabaron por huir
ante la presencia del c’tan, cuya fuerza se regeneraba por minutos. Las huestes
de los Nihilak tardaron varios ciclos solares en volver a capturarlo. Pero la
paz se había reestablecido, y los siervos del caos volvían a yacer destruidos
por el sistema Azkaban.
O eso pensaban los necrones, de
nuevo. La victoria era suya, Ozymandias volvía a reinar en el sistema con su
nuevo título de Cosechador del Sistema Azkaban. Pero Khorne no iba a dejar
descansar a Ashkor. Este renacería, para siempre, y no volvería a morir hasta
que se vengase definitivamente de Ozymandias. No obstante, el Phaeron ya no
volvería a ese lugar nunca más, y Ashkor el Cazador renacería eternamente para
encontrarse con una legión de necrones permanente que custodiaría Azkaban con
el solo propósito de contener a Ashkor en los milenios que estuviesen por
venir.
En su septuagésima resurrección,
los necroguardias mirarían al cielo resignados, esperando volver a ver a ese
señor del caos que no podía morir, pero tampoco vivir sin su voraz hambre de
guerra. Y allí estarían ellos, esperándole.
Gran Rey
El Trascendente.
Líder supremo y guardián de los
Nihilak.
Némesor y soberano de Menphis
Prime.
Ira de los Cielos. El que ordena
el Caos.
Soberano de todos en nombre de
Szarekh.
Opresor de las Mártires
Traidoras.
Desoxidador del Pútrido
Propósito.
Rompedor de Templadas Cadenas.
Azote de la Estrella Cinérea.
Amputador de Impuros Brazos y
Cosechador del Sistema Azkabán.
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