VALLADOLID BRUSH AND BOLTER 2025.
Mis estimados phaerons y phaeronas,
Acaba de terminar el que habría
sido un GT en Valladolid y que, sin embargo, no ha sido tal cosa: ha sido la
valiente decisión de convertirse en el Valladolid Brush and Bolter. Se trata de
un torneo que plantea de manera estupenda una idea del hobby que comparto
plenamente: valorar no solo las partidas y los resultados en batalla sino
también puntuar y conceder importancia a las otras facetas del juego: montaje y
pintura. Lo que se dice entender el hobby de forma integral, en todas sus dimensiones, y no solo en el machaque de dados. No puede placerme más.
En este torneo, cada participante debía enfrentarse a una puntuación sumada de hasta 8 puntos en cada una de estas facetas, siguiendo estos parámetros:
De
0 a 8 puntos en calidad de conversiones (de nulas a extremas).
De
0 a 8 puntos en calidad de pintado (de tabletop a concurso).
De
0 a 8 puntos en partidas y juego (0 por derrotas, 1 por empates y 2 por
victorias).
Y de la suma y luego media de las
tres facetas, el vencedor del Valladolid Brush and Bolter. Así pues, había que
llevar un ejército bien conversionado, bien pintado e intentar que rindiera en
juego. Nada fácil. Y menos si, además, piensas que otros jugadores no van a
afilar menos por ir a este torneo. Hay que superar a los que mejor conversionan
y pintan sabiendo que hay participantes que solo van a por el premio de
pintura, y al mismo tiempo superar en partida a los que solo van a por el
premio de juego.
Con esto en mente, construí una
lista necrona que llevara un poco de todo y donde poder lucir las conversiones
y el pintado de mi ejército sin renunciar a efectividad en mesa. La verdad es
que no imaginaba que el nivel de conversiones fuera a ser tan alto y, a toro
pasado, me habría planteado llevar minis todavía más conversionadas y un
ejército mucho más extremo. Me llevé una gunline del destacamento Starshatter
con muchos vehículos y algunas unidades de puntuación, pero no las mejor
escogidas para este triple propósito del evento. Habría renunciado alegremente a llevar las Plataformas
de Aniquilación que ni me aportaron nada en batalla ni estaban especialmente
conversionadas. De haberlo sabido, tendría que haber llevado mis quads de la
muerte (Tomb Blades) o mis antenas (Doomstalkers) que me habrían dado mejor
rendimiento en ambas facetas. Un poco tarde ya, en cualquier caso.
Así pues, empaquetado y listo, me encaminé a Valladolid junto a mi colega Wizard Saa y mi pareja, que se quedó haciendo turismo por la ciudad, y a pelear por el estupendo premio, que no era sino la increíble reproducción 3D de un bolter de los Marines Espaciales de la primera foto. Muy apropiado. Y así fue el torneo:
RONDA 1
Ya con todo preparado, me
anuncian que mi primer rival no es otro que Jorge Leal, jugador tau de lo más majo. La verdad es que es
un emparejamiento que no me gusta nada. Pero bueno, había que apechugar y
afrontar la primera partida en una mesa con bastantes líneas de tiro y opciones
de movilidad, pero sin nada particularmente raro que afectase al desarrollo de
la partida. Tuve la fortuna de empezar y pude presionar muy pronto a un
ejército cuya potencia se incrementaba hacia el final de la partida (Kauyon),
por lo que era vital destrozarle las unidades antes de que pudiera acumular una
mayor potencia de fuego. Fui muy agresivo con los Triarch Stalker y barrí sus
principales unidades de disparo con mis arcas para puntuar bien al principio.
Con eso me llevé mi primera victoria y dos puntitos para la clasificación de
juego.
RONDA 2
Con el primer tau vencido, me
anuncian que en mi segundo emparejamiento también me toca tau: esta vez en las manos de Daniel Fernández. Que gran
alegría repetir contra tau, pensando yo que había superado el primer escollo con soltura. Toca
volver a apretar los dientes contra otra gunline infame. Afortunadamente, este
rival, que es muy simpático y agradable, se ha orientado más hacia el premio de conversiones y pintura, con un
ejército excelente, y viene a la mesa con una armadura Stormsurge extraordinaria
pero no demasiado efectiva. Pese a las bajas que este monstruo titánico causa
en mi ejército (2-3 vehículos alegremente), consigo anular a sus unidades de
puntuación y guiado con relativa celeridad, y evito que cause daños mayores.
Tras llevar la lucha hasta su zona de despliegue, me hago con una segunda
victoria y otros dos puntitos para la clasificación.
RONDA 3
Nos plantamos en la tercera ronda
con el mayor desafío de todos. Ahora sí, llega el momento de medir las varas y,
por desgracia, aquí es donde lamento de veras haber llevado las malditas Plataformas de Aniquilación. Plataformas anti infantería que, curiosamente,
tendrían que haber desempeñado un papel estupendo acabando con el enemigo al
que me enfrento, pero que demuestran una vez más que están mal diseñadas en
reglas. Me toca enfrentarme a Marines del Caos, con un ejército de cultistas
malditos y comunas oscuras. Más de 120 miniaturas en mesa, con un daño
demoledor, movilidad y, para más inri, en una mesa con el centro totalmente
bloqueado por una ruina-coliseo a cuyo interior no se podía disparar. Pese a
todo, empezando, con un buen juego por los laterales, y presionando mucho,
consigo acabar con una primera comuna y dañar considerablemente a las unidades
enemigas de puntuación. Presiono mucho y, aunque solo logro mantener un flanco,
un maldito nurglete con una sola herida consigue anularme varias misiones en el
centro. Gano la partida por puntos 87 a 82, siendo esto un empate WTC, y siendo
también la mejor partida del torneo: un verdadero desafío con un rival ejemplar
que disfruté enormemente y cuyo reto repetiría (esta vez, en una mesa equilibrada,
eso si). ¡Gracias Yuste por la partidaza y el buen rollo!
RONDA 4
Al día siguiente, descansados ya
de las tres anteriores, se afronta la cuarta y última de las rondas del torneo.
Esta vez me toca contra un viejo conocido: Daniel Castro y sus custodes. Hemos
repetido ya varias veces en Talavera, las Freak Wars y otros torneos: y la
verdad es que es un jugador encantador y de muy buen talante. Por desgracia
para él, con una lista de dreadnoughts custodes, la mesa que nos corresponde le
da una desventaja masiva. Tiene que cruzar todo el tablero, a pata y en un
despliegue de amanecer de guerra, para llegar a la melé, donde tiene su máximo
potencial. Por el camino, mi gunline va dejando restos humeantes de
dreadnoughts que, con suerte, cruzan la mitad de tierra de nadie. En el centro
pincho considerablemente al no poder aguantarle a su infantería custode, y mis
puntos de primaria crecen alarmantemente despacio. No obstante, en el juego tardío
ya no tiene unidades para puntuar y ahí es donde la misión se decanta
finalmente hacia mi favor. En otra mesa, su lista me habría destrozado sin
remedio alguno.
Finalizan así las cuatro rondas y
me llevo 7 de los 8 puntos posibles de juego. Tres victorias y un empate que habían
sido reñidos y contra estupendos jugadores. No me habían seleccionado como
finalista ni para los premios de conversión ni para los de pintura, lo cual implicaba
que mi puntuación en estas facetas no había sido demasiado alta.
No obstante, todavía podían pasar
muchas cosas.
Y así fue. Tras una estupenda
entrega de premios se galardonó como mejor general al invicto de las cuatro
partidas Raúl Pérez (Astra Militarum), seguido por un premio al mejor pintado
para David-Ángel Feliz (Astra Militarum) y mejor conversionado para Julián
Renedo (Astra Militarum). Y pese al dominio absoluto del Astra Militarum (no
pueden estar rotos en todas las facetas), el ganador del torneo, por las tres
facetas, fue Sergio Díaz con Marines Espaciales (6,44 puntos). Tampoco está mal
que un bolter se lo lleve un marine espacial: es lo suyo.
Por mi parte, recibí una puntuación de 5 en pintura (“Parade”) y de 6 puntos en conversiones (“Conversión alta”) lo que, sumado a los 7 puntos conseguidos en juego, me dieron una media final de 6 en la clasificación. Es decir, que de los 48 participantes quedé tercero. Medalla de bronce. Ni tan mal, teniendo en cuenta el error cometido con las Plataformas de Aniquilación, que sin duda me restaron puntos para el objetivo final. De hecho, dada la cantidad y el trabajo de las conversiones que presenté, creo que tendría que haber sido candidato a premio por conversiones (7 puntos), pero la verdad es que me he acostumbrado ya a que las modificaciones entre los necrones no reciban atención. Tiendo a que el 100% de mis miniaturas estén trabajadas y conversionadas, que sean únicas, pero esto no siempre capta el ojo del público, que percibe mucho más las conversiones en facciones más conocidas o con equipamientos menos esotéricos. Y, en cualquier caso, no puedo quejarme. Con esta posición quedé como Mejor Necrón del torneo: y eso, teniendo en cuenta la dura competencia, es un orgullo y un reconocimiento más que valioso. La espina es que ojalá me hubiera llevado a las antenas en lugar de las dichosas plataformas, que mejor me habría ido.
Pero eso ya son ucronías. Lo
cierto es que me lo pasé estupendamente y disfruté enormemente de todas las
partidas y el ambiente del evento. Es una maravilla poder acudir a un hotel
estupendo para alojarse y no tener más que darle al ascensor para bajar a los
salones de juego (especialmente con el frío invernal que hizo fuera). Quiero
felicitar a la organización del evento por un ambiente tan extraordinario, un
trabajazo que se dieron y una buena cantidad de premios que repartieron. Un
abrazo para Saúl, un agradecimiento por un finde estupendo y un recordatorio:
nos volveremos a encontrar.
¡Solaris Sol Inmortalis!
PS: Sugerencia para el futuro.
Falta un premio de trasfondo y narrativa de los armies. Cread la
categoría de relatos y trasfondo de personajes, y ya me tenéis fidelizado de
por vida.
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